Una vez más arribo a la oficina, me da hueva los días lunes, los martes también y no se diga de los miércoles, pero alguien tiene que hacer como que trabaja para que otros hagan como que pagan, pero debo de admitir que es así porque uno lo quiere no porque así tenga que ser.
Un poco más cansado que de costumbre porque salí de viaje, un viaje muy productivo, aprendí muchas cosas de esas que en el fondo de tú corazón ya sabes pero que el cerebro se apendeja y no te alerta a tiempo, todo muy bien, el transporte la comida, ya saben, eso dice uno cuando solo visita la parte bonita de las ciudades, no sé donde este ubicado el bunker de doña Ego, pero me imagino que esta situado en la parte donde la realidad de la ciudad es la realidad y no eso que le llaman la ciudad de la esperanza, y creo que ahora que viajé más al norte de la ciudad de México me di cuenta que es verdad que entre más al sur del país mas guapachosa la vida, por no decir más de hueva, más relajada…
Proseguí mi ruta peregrina hacia el norte del país y llegué a la ciudad de los arcos con un CD de audio en la maleta y dentro mío muchas expectativas de vida y una que otra de muerte, en realidad ya he pasado esas etapas y digamos que estoy en la aplicación de las enseñanzas de la vida y de la muerte, ya caí en cuenta que el amor como el odio solo se burlan y hacen pedazos la fe y que también son prisiones para los sueños y alguna que otra pesadilla, te decía, llegué a la ciudad de los arcos ya era de noche y hacia un poco de frío o quizá hacia mucho frío pero yo por la emoción no lo sentía tanto, desciendo del autobús y me dirijo a recuperar mi maleta, para variar era la ultima maleta que quedaba y aunque parecía evidente que esa maleta tenía que ser la mía, el operador me pregunta ¿está es su maleta? Si, caballero, ahí vienen mis uniformes…
Crucé los andenes, llegué a la sala de espera, por un momento creí que me había equivocado de destino, las personas eran escasas, ¡algún pueblo fantasma será este! me dije, doy unos pasos mas y ahí están, como las Venus de Milo… todo es perfecto hasta que me acerco demasiado….
De la Shiquita Shaparrita me di cuenta que no esta tan chiquita ya, le ha llegado el "desarrollo" y esta pasando a ser una mujer, una mujer muy guapa y atractiva, le doy un abrazo, y prosigo con Venus, aunque esta vez no soy tan efusivo y contengo la emoción, Venus tan bella como siempre, ahora nos dirigimos al centro de la ciudad a bordo de la ronchita en donde comienza la verdadera aventura…
Les decía que hacia frío, eran las 8 PM y yo no había desayunado, comido y mucho menos cenado, lo único que llevaba en el estomago era un “lonchibon” una madre así de la casa bimbo, un jugo de mango y una coca-cola cortesía de la empresa camionera en la que me transporte, Venus me pregunta que si tengo hambre, la verdad es que me comería una vaca en ese momento, pero primero pedí instalarme, me di una ducha que con lo cansado que iba no tenia el menor deseo de que terminara y mientras caía cada gota de agua sobre la espalda que no es nada pequeña en mi mente resonaba un vals llamado las mariposas, la verdad, desconozco el origen y la letra de ese vals, pero es muy bonito, alguna de las cosas que hace crear eso que le llaman amor … en eso escucho esa melodiosa voz que dice “Apúrate que se hace tarde…” “ya voy…” fin del encanto…
Salgo de mi paraíso y me pongo el uniforme de piel humana, y encima me visto de prendas térmicas porque hace un buen de frío, que si lo vemos bien, llevamos más calor en el corazón solo que el Altísimo no es ningún majo, si bastara solo el calor de nuestros corazones ya habríamos acabado desde hace mucho con los polos, el norte el sur y los glaciares que hicieran falta, de alguna manera el Altísimo debe de proteger sus creaciones de sus otras creaciones… va! Ya voy divagando, me pongo los implementos para salir al mundo y regresar por lo menos vivo, después de caminar unas cuadras largas como la cuaresma y las tripas afinando el plan de rebelión y amotinamiento, arribamos a una no puedo decir “taquería” porque vendían de todo, claro, varias cosas típicas de esa ciudad, claro que no conoceré el mundo hasta no probar algo cocinado por las manos y sazón de Doña Ego, aun así, si hubiera sido típico o no de la ciudad del mismo modo lo hubiera devorado en ese momento, delicioso… el postre suculento…
Hay muchos parques en esta ciudad, no son muy grandes pero son muchos y no me dio flojera en ningún momento recorrerlos, la compañía era muy buena, solo que no me gusto mucho que mi acompañante se estuviera muriendo de frío, y busco refugio en un pequeño café, esa noche descubrí lo que es una ciudad fumadora, mucho tabaquismo en esa ciudad, no se si entre mas “urbanizada” una ciudad mas “viciosa” tendría que vivir y observarlos por algún tiempo, no lo sé.
Pasó la noche muy lenta, eran las 10 PM y yo sentía que eran las horas de la madrugada, fue un día muy agitado, nos enfilamos al lugar donde me resguardaría de las inclemencias del tiempo y una que otra de la vida, Venus me acompañaba tiritando de frío, no voy a negarles que lo que continuo es descriptible, pero, no lo haré, aquello es tan hermoso, mientras transcurre la noche dormía yo cada vez menos, y llega el memento de aparente calma y fluyen las palabras, y voy acercándome cada vez un poco más, recordé las frases de un guión, “cada que vez a una mujer hermosa, hay alguien harto de hacerle el amor” no sé en que se basa para decir eso, si es cierto, la belleza no es perfecta, entre más me acerco a ella y descubro nuevas cosas de ella y reafirmo otras que ya sabía veo que Venus también tiene grietas e imperfecciones y quizá sean esas grietas y dependiendo del tamaño de estas, alguno de los dos termina cansándose y se va, creo que eso puede ser lo que pasa en algún determinado tiempo en las parejas, quizá quien se cansa de amar a una persona es un humano débil, de esos que dice doña ego que abundan en febrero y marzo que no son capaces de llevar a cabo un propósito navideño, no creo y me niego a creer que puedan cumplir libremente amar a otro humano aun sin que este fuera su propósito, quizás yo cometí el error de acercarme mucho y descubrí las grietas e imperfecciones, pero si miro hacia mi interior, yo también tengo grietas solo que no dejo que se acerquen a mí, esa es la diferencia y hasta creo que es lo que me mantiene a salvo de que en mi depresión me tiré al sillón y comer helado como Bridget Jones o beber Jack Daniel´s como Kevin Costner en 3000 millas al infierno, al menos eso es lo que creo, ¿quién soy yo para juzgarme?
Un poco más cansado que de costumbre porque salí de viaje, un viaje muy productivo, aprendí muchas cosas de esas que en el fondo de tú corazón ya sabes pero que el cerebro se apendeja y no te alerta a tiempo, todo muy bien, el transporte la comida, ya saben, eso dice uno cuando solo visita la parte bonita de las ciudades, no sé donde este ubicado el bunker de doña Ego, pero me imagino que esta situado en la parte donde la realidad de la ciudad es la realidad y no eso que le llaman la ciudad de la esperanza, y creo que ahora que viajé más al norte de la ciudad de México me di cuenta que es verdad que entre más al sur del país mas guapachosa la vida, por no decir más de hueva, más relajada…
Proseguí mi ruta peregrina hacia el norte del país y llegué a la ciudad de los arcos con un CD de audio en la maleta y dentro mío muchas expectativas de vida y una que otra de muerte, en realidad ya he pasado esas etapas y digamos que estoy en la aplicación de las enseñanzas de la vida y de la muerte, ya caí en cuenta que el amor como el odio solo se burlan y hacen pedazos la fe y que también son prisiones para los sueños y alguna que otra pesadilla, te decía, llegué a la ciudad de los arcos ya era de noche y hacia un poco de frío o quizá hacia mucho frío pero yo por la emoción no lo sentía tanto, desciendo del autobús y me dirijo a recuperar mi maleta, para variar era la ultima maleta que quedaba y aunque parecía evidente que esa maleta tenía que ser la mía, el operador me pregunta ¿está es su maleta? Si, caballero, ahí vienen mis uniformes…
Crucé los andenes, llegué a la sala de espera, por un momento creí que me había equivocado de destino, las personas eran escasas, ¡algún pueblo fantasma será este! me dije, doy unos pasos mas y ahí están, como las Venus de Milo… todo es perfecto hasta que me acerco demasiado….
De la Shiquita Shaparrita me di cuenta que no esta tan chiquita ya, le ha llegado el "desarrollo" y esta pasando a ser una mujer, una mujer muy guapa y atractiva, le doy un abrazo, y prosigo con Venus, aunque esta vez no soy tan efusivo y contengo la emoción, Venus tan bella como siempre, ahora nos dirigimos al centro de la ciudad a bordo de la ronchita en donde comienza la verdadera aventura…
Les decía que hacia frío, eran las 8 PM y yo no había desayunado, comido y mucho menos cenado, lo único que llevaba en el estomago era un “lonchibon” una madre así de la casa bimbo, un jugo de mango y una coca-cola cortesía de la empresa camionera en la que me transporte, Venus me pregunta que si tengo hambre, la verdad es que me comería una vaca en ese momento, pero primero pedí instalarme, me di una ducha que con lo cansado que iba no tenia el menor deseo de que terminara y mientras caía cada gota de agua sobre la espalda que no es nada pequeña en mi mente resonaba un vals llamado las mariposas, la verdad, desconozco el origen y la letra de ese vals, pero es muy bonito, alguna de las cosas que hace crear eso que le llaman amor … en eso escucho esa melodiosa voz que dice “Apúrate que se hace tarde…” “ya voy…” fin del encanto…
Salgo de mi paraíso y me pongo el uniforme de piel humana, y encima me visto de prendas térmicas porque hace un buen de frío, que si lo vemos bien, llevamos más calor en el corazón solo que el Altísimo no es ningún majo, si bastara solo el calor de nuestros corazones ya habríamos acabado desde hace mucho con los polos, el norte el sur y los glaciares que hicieran falta, de alguna manera el Altísimo debe de proteger sus creaciones de sus otras creaciones… va! Ya voy divagando, me pongo los implementos para salir al mundo y regresar por lo menos vivo, después de caminar unas cuadras largas como la cuaresma y las tripas afinando el plan de rebelión y amotinamiento, arribamos a una no puedo decir “taquería” porque vendían de todo, claro, varias cosas típicas de esa ciudad, claro que no conoceré el mundo hasta no probar algo cocinado por las manos y sazón de Doña Ego, aun así, si hubiera sido típico o no de la ciudad del mismo modo lo hubiera devorado en ese momento, delicioso… el postre suculento…
Hay muchos parques en esta ciudad, no son muy grandes pero son muchos y no me dio flojera en ningún momento recorrerlos, la compañía era muy buena, solo que no me gusto mucho que mi acompañante se estuviera muriendo de frío, y busco refugio en un pequeño café, esa noche descubrí lo que es una ciudad fumadora, mucho tabaquismo en esa ciudad, no se si entre mas “urbanizada” una ciudad mas “viciosa” tendría que vivir y observarlos por algún tiempo, no lo sé.
Pasó la noche muy lenta, eran las 10 PM y yo sentía que eran las horas de la madrugada, fue un día muy agitado, nos enfilamos al lugar donde me resguardaría de las inclemencias del tiempo y una que otra de la vida, Venus me acompañaba tiritando de frío, no voy a negarles que lo que continuo es descriptible, pero, no lo haré, aquello es tan hermoso, mientras transcurre la noche dormía yo cada vez menos, y llega el memento de aparente calma y fluyen las palabras, y voy acercándome cada vez un poco más, recordé las frases de un guión, “cada que vez a una mujer hermosa, hay alguien harto de hacerle el amor” no sé en que se basa para decir eso, si es cierto, la belleza no es perfecta, entre más me acerco a ella y descubro nuevas cosas de ella y reafirmo otras que ya sabía veo que Venus también tiene grietas e imperfecciones y quizá sean esas grietas y dependiendo del tamaño de estas, alguno de los dos termina cansándose y se va, creo que eso puede ser lo que pasa en algún determinado tiempo en las parejas, quizá quien se cansa de amar a una persona es un humano débil, de esos que dice doña ego que abundan en febrero y marzo que no son capaces de llevar a cabo un propósito navideño, no creo y me niego a creer que puedan cumplir libremente amar a otro humano aun sin que este fuera su propósito, quizás yo cometí el error de acercarme mucho y descubrí las grietas e imperfecciones, pero si miro hacia mi interior, yo también tengo grietas solo que no dejo que se acerquen a mí, esa es la diferencia y hasta creo que es lo que me mantiene a salvo de que en mi depresión me tiré al sillón y comer helado como Bridget Jones o beber Jack Daniel´s como Kevin Costner en 3000 millas al infierno, al menos eso es lo que creo, ¿quién soy yo para juzgarme?
Vuelvo a encontrarme con la shiaparrita, nos lleva a un lugar como lo que en mi pueblo sería un cervecentro o una madre así, solo que la especialidad son las micheladas, nada del otro mundo, hasta en la "Leyenda" perparan esas micheladas de chamoy, y en el "Caffeine" las chelas saborizadas, el lugar es bastante modesto, soportable, frente a frente el extremo de los comportamientos, las grietas se hacen evidentes, alguien presiona y alguien no cede, y yo en el medio, escuchando historias que ya he vivido y que según yo sé la respuesta a todo, pero se me olvida que somos personas distintas y que es mejor olvidarme y dejar ser a los demás, debo de recordar este consejo "bajo esta ala debo cubrirme"... me cubro y continuo... la noche es joven, el frío tambien...
