miércoles, 18 de febrero de 2009


Ernesto:
Recuerdo la noche en que saliste de tu planeta y entraste al nuestro, fue una noche de octubre y la luna seguía brillando como nunca y yo ya tenía sueño, apapachar a tu madre ese último mes fue toda una proeza y, yo que creía haber soportado sus altibajos emocionales en sus ciclos lunares, pero apenas era el principio, me gusto mucho que hallas llegado de noche, dormiste como un lirón y despertabas por ratitos a comer y te volvías a dormir, te adaptaste muy bien y muy pronto al día y la noche, y yo feliz de que estuvieras aquí… ahora.
Después de que comenzaste a gatear fue estresante para tu madre, que si el piso estaba desinfectado, que si ya te caíste, que si ya estabas llorando, y yo no es que fuera egoísta y no le pusiera atención a sus preocupaciones pero yo solo llegaba a abrazarte y platicar como estuvo tu día y recargar baterías para el siguiente día, quizá ahora entiendo a tu madre y sus rabietas, tenia dos niños en casa que comían y ensuciaban como diez…
Llegaste al jardín de niños, era tu primer día de clases y tu madre lloró como una niñita, quizá ella pensaba que ya iniciabas el camino a la universidad, al tecnológico de Massachusetts o que quizá avanzabas ciegamente a un campo de concentración nazi, no lo sé, la mente de las madres puede ser tan volátil que en un abrir y cerrar de ojos ya fueron a Afganistán a poner orden y regresan inmediatamente a ver que te comas la sopita de fideos que cocinó con amor y esmero para vos, yo solo pensaba que dentro de poco ya podrías comenzar a jugar beis, no siempre se tiene cualidades para el beis, el fut cualquiera lo juega, incluso los elefantes en el circo, pero el beis es diferente y me pregunté ¿y si llega a grandes ligas? ¿saldría en el ESPN?, en eso estaba cuando timbró el teléfono… hora de volver al taller…
Después la primaria, otra lata, tu madre tomaba el lugar de la maestra Gordillo, que si esta tiene laboratorio de computo que si aquella tiene de ciencias, que si los maestros que si los alumnos que el uniforme, que si Rebequita se fue con los “popis” y ella prefiere una católica, que sé yo, y no podía darte a elegir porque aun no sabias de que hablaba tu madre, pero en el fondo solo bastaba con que ella te dijera que era por tu bien, eso si, eso nunca se lo cuestione, siempre estuve seguro de que actuaba de buena fe y que era por tu bien, hasta que te agarraste a golpes con aquel “juanito” del 6to B, el gandula de la escuela y a quienes sus padres le ponían poca o nula atención, recuerdo que tu madre te aconsejaba que no te pelearas con ese chamaco y que lo acusaras con la maestra, ¿la maestra? No, dije yo, ya ha sido bastante tolerante, se ha controlado, así que pedazo de mi carne, rómpele su madre a ese chamaco la próxima vez que quiera humillarte o humillar a alguien más en tu presencia, yo respondo por ti, le dije, y así lo he hecho hasta el día de hoy, tu madre y yo discutimos aquel día porque decía que te alentaba a ser violento, pero tu y yo sabemos ahora que fue algo justo, nadie esta por encima de nadie, ni siquiera el Altísimo.
A finales de la secundaria paso lo que ya me esperaba, te ponías rebelde en algunas cosas, muchas de ellas como ya las había previsto me adelantaba y poníamos orden a tiempo, era normal para mi en ese momento, tu madre no entendía porque actuabas así si ella siempre te ha querido y te ha apoyado en todo, pero no alcanzaba a ver porque actuabas así, hasta que como era espacio lo que querías termine por darte un poco, solo un poco y no supiste como mantenerlo, creías que el antidoping solo se lo hacían a los deportistas, que las colegiaturas se pagarían solas que podías hacer lo que habías soñado en ese entonces, cuando comprendiste que no es solo rebelarse por rebelarse volviste fortalecido, con la visión de un adolecente consiente y mas letrado, más maduro a los chicos de tu edad, lamento que eso te haya causado problemas con las chicas a esa edad, quizá eras aburrido para ellas.
Quizá debí dejar que tu madre te comprara la consola de videojuegos, pero como a mi nunca me gustaron mucho y sobreviví sin ellas creí que tú también lo harías, ahora que, como yo, también puedes comprarte una consola y cien juegos, prefieres comprar libros, revistas y accesorios deportivos y te vas a explorar el mundo que gira fuera d e esas cuatro paredes, la universidad fue buena, comprobaste que las cosas por las que se preocupo tu madre estaban a tu vista y a tu alcance, ahora te preocupas mucho menos por los exámenes que el resto de los demás, no es que seas un geek o un matadito, solo que tienes facilidad para comprender las cosas, y bueno, tu madre que siempre esta ahí jorobándote con los deberes, pero es su forma de mostrarte que te ama y que le importas demasiado, yo en cambio, solo me dedique a jugar contigo, a reírnos de todo, jugar pelota hasta el cansancio, a leerte historias hasta que decidiste leer los libros que te llamaban la atención, pues Allan Poe ya había sido, y los míos aun te resultaban extraños, haz tenido una buena vida hijo mío, recuerdo cuando fuiste a votar por primera vez, y te pedí que votaras por quien quisieras y así lo hiciste, nunca te pregunte por quien votaste, solo te di el viejo libro de José y que habla de un destello de lucidez de la sociedad, quisiera decirte que me la pase muy bien contigo, aunque el tiempo que trabajaste lejos, te extrañaba mucho, pero me sentía satisfecho no desear poder haber hecho alguna actividad contigo, hicimos lo que se nos venia en gana, si lo sé, siempre con los “jesúses” de tu madre y claro que nosotros también acatamos sus “¿Qué crees?” que siempre cambiaban nuestros planes pero que de alguna forma relajaban nuestra convivencia diaria, ahora tu estas en plenitud de tu vida, ahora experimentaras lo que yo hace casi treinta años cuando tu llegaste a esta familia y transformaste por completo nuestras vidas…..