miércoles, 22 de abril de 2009

Señor, necesito su ayuda...



Capitulo III

R.F.- El ruido de un avión me saca súbitamente del trance, no sé cuanto tiempo me quedé dormido, o es que acaso me pasó eso que alguna vez le pasó a alguien más: “soñaba que estaba despierto… desperté y estaba soñando”… creo que lo dijo una mujer que se extravió hace mucho, no lo sé a ciencia cierta, mi cigarrillo se ha consumido, tengo que dejarlo antes de que consuma mis dedos…

Toc toc... llaman a la puerta.

¿A caso la gente no duerme? – me pregunto mientras me dirijo a la puerta, pensando en que estúpido que viene a esta hora, pero caigo en cuenta de que soy más estúpido yo al abrir la puerta… una mujer.

M.- Buenas noches, señor Feliz…

R.F.- (Oh que la chingada, que no soy el señor, me digo por dentro…) Buenas noches… ¿señorita?

M.- Del Monte, Lucrecia del Monte… tenía cita con usted hoy a las siete de la noche…

R.F.- (tenía o tiene, yo siempre haciendo precisiones estúpidas) ¿hoy?, ¿a las siete?

L.M.- Sí, hoy viernes a las siete...

R.F.- ¿viernes?

L.M.- si es un mal momento, puedo volver después…

R.F.- No, para nada, todo esta bien, adelante por favor..

Confusión total, me dormí al menos veinte horas o, esto es una broma muy pesada de mi occipital izquierdo, pero, para ser broma, mi occipital tiene muy buen gusto, una mujer de cabello castaño, un cuerpo muy parecido al de Jessica Rabbit, la piel canela, una mujer fatal, de esas que matan en toda la extensión de la palabra.

R.F.- Tome asiento por favor. ¿Le ofrezco algo de tomar?

L.M.- No gracias, estoy bien, solo necesito fuego, ¿tiene?

R.F.- Sí claro –procedí a encender su cigarrillo, aunque para ser sinceros, yo estaba en ese instante que podía encender todo el África con solo una mirada-

Se dejo sentir un silencio estúpido de mi parte, como esos silencios de muchacho de secundaria que después de mil intentos al fin se queda solo con la muchacha aquella que le provoca las más pueriles tonterías, y que después de todo lo hecho… no hace nada, ni dice nada…

L.M.- Necesito su ayuda señor…

R.F.- Yo también la necesito… yo también…