Vienen pasando los días como los buenos sueños, rapidísimos, no se si lo han notado, pero, cuando tienes un mal sueño o una de las llamadas pesadillas, el tiempo se hace miembro del SNTE y se niega a realizar su función básica que es solo la de transcurrir, y ahí, estamos por un lado luchando contra el temor que nos produce la pesadilla y por otro lado luchando contra la desesperación de no poder despertar, todo lo contrario cuando tienes un buen sueño, cuando esta apunto –en mi caso- de besarme Salma Hayek el más minúsculo ruido me saca de mi letargo, de forma tan violenta, que hasta parece un cadenero de antro de moda. Si supieran el coraje que dan esas situaciones, que incluso hay uniformados que se han negado a volver a dormir otra vez, pero les puede mas el deseo de soñar que vivir con la sensación de haber desperdiciado media vida. Los humanos son tan raros.
Por eso me pongo el uniforme de piel humana y me mezclo entre vosotros y vivo una vida como todos, trato de vivir una vida normal, si ya lo sé, ¿y que es normal? No caeré en esas retoricas de las cuales vengo huyendo desde hace tanto tiempo, solo generalizare en una vida normal al hecho de vivir luchando contra ti mismo, y no justificar nuestro éxito o fracaso en base a la actitud->acción de las demás personas.
Debo aclarar que no solo escucho Chopin, oh sea mozalbetes, escucho música mas profana pero no vulgar, si ya se que estas pensando, este “wey” quien es para decir que Daddy Yankee es vulgar, aunque lo es, porque es del vulgo, es decir de la gentuza, del populacho, su calidad músico/vocal es tan mala que solo es para el vulgo, discúlpame, eso pienso yo, y no es necesariamente una orden de “tira tu disco de Regatón” solo, no seas tan vulgar…
La historia de F. Chopin esta tan plasmada en su obra musical que basta poner “play” y dejar que tu mente fluya y llegue hasta donde tu cerebro o la parte que te funcione de él, te permita viajar, notarás inmediatamente la tristeza y desesperación que hay en ese corazón por un amor coartado por la avaricia económica y los principios impíos de los padres de Constanza, ese es el secreto de la música de Chopin, y no es que este en depresión constante, la única depresión que yo conozco es la económica, es solo sentir el sonido de un piano, la molesta tos de la tuberculosis y el pensamiento humilde sobre el funcionamiento del primer motor que mueve al universo, ¿cual es ese motor amado maestre? Ese motor querido discípulo, es lo que los humanos llaman amor, ¿y que es el amor amado maestre? - Eso mi querido discípulo, no es la pregunta correcta…
Algo asi me pasa cuando cierro la puerta del hogar, me asalta la tristeza y el temor, y en la rabia descubro mi fortaleza, y con las lagrimas lavo mi corazón, y se que no estoy solo, conservo la esperanza y el amor, y cada noche pongo todo lo que tengo en la balanza y se para el tiempo, tuve que pagar algunas cuentas que las partidas repentinas me han dejado, sabes que hay cosas que nunca olvidarás, son como cadáveres, sabes que están muertos, pero tambien sabes que los muertos se hacen fantasmas, y los fantasmas salen en las noche, algunos para bien otros para menos bien, las mujeres aztecas dicen “hay diyitas” y es verdad hay días y noches raros, días y noches en que estamos mas solos…
Y la princesa Caramelo siente unos estúpidos e infundados celos, y debo, como lo marcan mis inalterables principios, aceptar que me encantan esos estúpidos celos, con que no lleguen a la violencia física y, mucho menos a la violencia psicológica, tú, princesa caramelo, despertaras en mí, las más altas pasiones… “Es cuanto”… Princesa Caramelo.
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