Día Cuarenta...

He aprendido a conversar con K’awiil, aunque a veces me dan ganas de pegarle un tiro cuando le pregunto algo y él solo se queda callado, e, irónicamente, se hace el muertito. Y pienso en mi muerte, en cómo será, K’awiil podrá estar conmigo para que de alguna forma no muera solo, que tristeza da la soledad.

día vigésimosegundo....

Llevo ya diecisiete días caminando hacia el sur, sigo encontrando pueblos sin pobladores, casas sin risas… ruidos, pero este día fue distinto, no, no encontré persona alguna, encontré un perro, o, el perro me encontró a mí, eso es lo de menos.

Era la undécima hora cuando divisé el siguiente poblado, eran pocas las esperanzas de hallar a alguien más, llegó la hora duodécima cuando subía la colina para arribar al pueblo, un ruido, un golpeteo en lo que me imagine era un puerta, rápidamente me tiré al suelo, al menos esa era impercepción de rapidez, por mi mente pasaron muchas cosas de lo que pudo haber causado aquel ruido, será otra persona, será un animal salvaje, quizá, solo fue el viento. El ruido una vez más llego a mis oídos, me decido a averiguar que es, me arrastro por el suelo colina arriba hasta el punto que puedo divisar el pueblo, tomo los binoculares e inicio la revisión desde el punto más cercano a mí, de izquierda a derecha, de pronto, ahí estaba la fuente del ruido, un perro intentando abrir una puerta de lo que parecía un súper mercado, un perro de lo que comúnmente se les llama “corriente” de color negro con una mancha en el pecho de color blanco, retrocedo un poco a manera de que el perro no pudiera notar mi presencia, y pienso, “Anubis”, será Anubis, se supone que Anubis en la cultura egipcia se representaba como un chacal negro o como un hombre con cabeza de chacal o de perro. Era el dios que presidía las momificaciones y el guardián habitual de las necrópolis. Su función consistía en guiar el alma del difunto en el más allá. Pero este no tiene cuerpo de hombre o no es un hombre con cabeza de perro, que no sería lo mismo pero sería igual, la incertidumbre que siento se hace insoportable y me decido a bajar a hacer frente a la situación, no sin antes tomar algo con que defenderme en dado caso del animal, reviso el lugar de forma muy minuciosa en busca de más ejemplares u otras amenazas que hallan pasado desapercibidas por algún otro motivo.

Me acerco y el perro ha notado ya mi presencia, es raro, pero no da muestras de miedo o de alegría de verme, eso me da desconfianza y le pongo la vara por delante, el perro parece entender y sigue insistiendo en abrir la puerta, lo alejo con la vara y procedo a abrir la puerta, ni bien abro la puerta y entra el perro a toda velocidad, se avienta a los costales Pedigree, así estaré en cinco días que será cuando se terminen mis provisiones, le veo el lado amable dijera el chavo del ocho, al menos ya no estoy solo, estoy con un perro que siento me ayudará a pasar al otro mundo o al menos esa es su intención, pienso en un nombre para el guía, le pondré K’awiil, que es para los mayas el Dios de los linajes divinos, que creo viene perfecto para la ocasión, ya que soy el único hasta hoy…

Ya viene la noche, es hora de buscar refugio, para mi y para K’awiil…

Día cinco

Hoy es el quinto día en esta situación, el cinco esta representado por la quinta letra del alfabeto hebreo que es Jeh o Hei, que quiere decir "ventana," "eternidad," o "el otro lado." Esta letra connota el cielo o el lado espiritual e inmortal del hombre. A veces puede señalar la Tierra Prometida, la vida del más allá o la eternidad. También puede referirse a los seres creados que no viven en esta tierra, incluyendo a los ángeles justos como Miguel y Gabriel, así como también a los ángeles “caídos” o rebeldes (demonios) como Lucifer (que ahora se llama Satanás) y Legión. Hay multitudes de espíritus cuyos nombres son desconocidos para nosotros o para lo que queda de nosotros, que recién comienzo a creer que solo quedo yo, o soy el primero y vendrán más, no lo sé.

He decidido cambiar la dirección y continuar hacia el sur, he perdido toda la esperanza de encontrar a alguien en la dirección que había tomado inicialmente, todo es tan frío, Dios, ¿Dónde están todos?, ¿por qué me alejaste de todos?, ¿tan malo soy?, ¿ acaso, soy el maíz podrido de tu mazorca nueva?...

Quisiera poder decirle a alguien, a quien fuera, lo triste que estoy, pero esta soledad no me deja, saco de entre mis ropas un filoso cuchillo y le lanzo una tajo y luego otro y otro más hasta que me vence el cansancio, pero, es inútil, solo logro rasgar al viento, a quien tampoco parece importarle mucho lo que haga o deje de hacer, me desespero hasta llegar al llanto y me dejo caer sobre mis rodillas y levanto la mirada al cielo y pido encarecidamente que esto deje de ser…

La rabia se ha ido, y en la calma veo que la rabia solo ha hecho estragos a mi cuerpo y a mi estado de ánimo, y me doy cuenta que no debe importarme, nadie puede verme, estoy solo ¡…

Camino hacia el sur… las nubes anuncian lluvia…

Día cuatro...

He iniciado el camino en busca de más personas, llevo cuatro horas de camino y no me he topado con nadie, tampoco he visto animales de cualquier índole, lo que mantiene viva mi esperanza en este momento es ver que hay algunos insectos que por cierto son muy raros, muy diferentes a los que estamos acostumbrados desde siempre, en estas cuatro horas poco a poco han ido disminuyendo los árboles y la vegetación es más liviana, solo arbustos y pastizales, ¡todo es verde, tan verde!, el cielo azul clarito, como sacado de una revista del NatGeo, sería una lástima que nadie más pudiera mirar lo que yo veo en estos momentos, paz, tranquilidad.

Viene a mi mente un nocturno de Chopin, debí haber tomado el mp3 que me daba Mari jane para el viaje, no hay mejor música para describir lo que siento en este momento que una pieza de Chopin.

Hora sexta, he arribado a un pueblo, que lenguaje tan extraño, no tengo idea de lo que dicen los señalamientos y letreros, sin embargo no hay nadie, entraré a lo que parece ser un súper mercado.

Hora séptima, no entiendo el lenguaje hasta parece sueco o una madre así, he abierto algunas latas y bolsas, la comida por demás huele muy bien, pero sabe a porquería pura, ahora si estoy asustado, qué haré cuando se me acaben mis provisiones, tendré que refinarme lo que encuentre, debo prepararme para lo que pueda venir, esperen, yo me preocupo por que no entiendo el lenguaje, y no le he dado importancia a que no he visto ningún cadáver tampoco, eso como si hubieran desaparecido, y estoy seguro que nada desaparece sin dejar rastro, eso solo lo hacían los políticos hace mucho tiempo, ahora todos saben donde están pero nadie dice nada, como el caso de mi amigo el chapito, nunca lo agarraron aunque todos sabían donde estaba, cosas que pasaban en aquel entonces, Dios, qué voy a hacer si me encuentro tan solo, no , no, ya lo dijo el psicoanalista “pensar correctamente permite sentir correctamente” va a caer la tarde en unas horas más, buscaré refugio, como se ve el panorama no creo que alguien se moleste si utilizo alguna de esas casas, total, que más da…

La chica azulita...

Raro como una día de lluvia con sol brillando al horizonte, así es este día, conversando con la chica azulita, como si los diálogos salieran creados por mi lóbulo temporal derecho, como si fuera una creación perversa de mi mente incesante, como si fueran, como si fueran…

Me detengo por un momento, pienso.

Dolerá otra vez.

Luna esta muy lejos como para darme un golpe en la cabeza y me diga “borrico”, atrévete.

Las horas son como los días 8 y 24 de cada mes, parecieran transcurrir tan lentos, como si la quincena nunca fuera a llegar, así parece la mayoría de mis días de espera, pareciera que nunca llegará una vez más. Cosas que dice la chica azulita me hacen creer, pero después, pero después…

Debo de dejar de pensar y mejor actuar en consecuencia, como dice Sanz, ¿y, si fuera ella?.
Supongamos que así sea, ¿seré yo?, sin duda, adivino no soy, solo hay una forma de saberlo… pienso en una alternativa…

Día tres...

Hoy iniciaré un recorrido por los alrededores, necesito saber en donde estoy, los satélites y las antenas no responden, no sé donde estoy, no sé cual es mi posición.

Por momentos soy presa de la desesperación, este silencio me mata, por Dios que alguien salga a mi encuentro, ¿así será la vida de Dios? Yo en mi soledad sin sentido dirijo mis pensamientos a Dios, Dios en los momentos en que se encuentra solo ¿en quien piensa?, ¿a quien dirige sus plegarias?, que vida tan triste y desconsolada ha de tener Dios.

Me encomendaré al Altísimo y partiré hacia el oriente, caminaré y buscaré el lugar al que las personas con sentido común buscarían, un lugar con agua… partiré al amanecer, no tengo más alternativa, no puedo permanecer en esta nave más tiempo esperando una respuesta que no llega, he sepultado a mi tripulación… una parte de mi se quedará aquí con ellos, la otra parte… busca sobrevivir con insistencia…

Día dos...

Nadie contesta a mis llamados, es extraño, no hay un solo ruido que no sea el que yo mismo provoco, todo es desolación... recién comienzo a creer que estoy solo...

A Luna, de un lunático....

Hoy desperté como usualmente lo hago todas las mañanas, como pésimo judío que soy, siempre olvido lavarme primeramente las manos, no sé por que lo hacen, será que por las noches el inconciente los traiciona y pecan de más, no lo sé, te decía, me levante, me puse mis atuendos deportivos y como el extinto roberto carlos, subí la montaña, llevo ya algunas semanas haciendolo todos los días, subir la montaña no lo otro, y me siento bien, con ganas de cambiar mi vida y con pocas esperanzas de cambiar la de los demás, cada vez me gusta pensar menos en lo que pudo ser, me late más creer en lo que viene en los próximos 3 minutos, es más divertido, quizá, aparezca la mujer que me gusta y me atreva a decirle que "está intransitable con su vestido rojo" y ella me dará una cachetada lo sé, pero es el precio a pagar por ver como se aleja... si me entiendes verdad, verla caminar por detrás... si ya veo tu cara diciendóme... "hombre.. patán"...si lo sé, pero ya debes de saber que esas cosas son tan poderosas que pueden volver loco a un hombre cualquiera, a los hombres que no somos cualquiera, solo nos dominan un poco, pero no dejan de ser poderosas, disculpa, me extravie... ah si, decia yo que eh subido la montaña, creo que subiré algún día próximo el pico de orizaba u otra de esas cosas aún no lo sé, con esto de la pandemia ya no se sabe nada, incluso, dudo qu esa mujer que sale en la madrugada dando los horóscopos sea mujer, si esa, Amira, se acaba el día, llega la noche, y luego la madrugada de un nuevo día, yo solo doy vueltas en la cama y muero como mueren todos los hombres y mujeres de este planeta, ¿a dónde vamos mientras dormimos? neta, no me preguntes porque no lo sé, pero prfiero abrir los ojos y verte a tí, y a las cuatro mujeres que se enamoraron de este infame hombre... si, una vez más lo sé, no son cuatro las enamoradas de mi, son menos, pero dejáme alimentar mi ego, ¿que haría con cuatro enamoradas? ¿al mismo tiempo? hum, creo que nunca pronunciar sus nombres, ya lo dice la canción esa, "sus nombres te causan errores", pero no quiero ni dos ni tres ni cien, solo una, lo que haría con una, pero bueno, algun día escribiré para las mujercitas de tu combativo rincón, rincón literario, luego se malinterpreta eso del combativo rincón, ojála pudiera darte un abrazo como nunca antes lo hice, eso es lo que duele, y no la lejanía...

día uno...

Han pasado tres horas desde la última transmisión, he perdido a todos mis hombres y mujeres, y la torre de control no responde, solo recuerdo haber visto un destello, la nave se agito con demasía, y después solo hubo silencio, es raro, pero llueve, nunca antes había llovido en estas fechas, a acaso habrá sucedido algo durante el vuelo que no se nos haya informado.